Un experimento creativo para trones by Martínez de Tabarca
Hace unos años el ayuntamiento de Madrid colocó una preciosísima estatua de bronce al invicto Teniente General de la Armada, Don Blas de Lezo y Olavarrieta. Obra del maestro D. Salvador Amaya.
Como reza en la parte posterior de la estatua:
Pues con todo lo que se sabe sobre este hombre, este marino, este defensor de nuestra nación , la gente que paseaba por allí se acercaba a la estatua con cara de sorpresa puesto que desconocían a este héroe. No se me olvidará ese niño de unos 12 años de edad que después de ver la estatua le preguntó a su padre ,¿porque tenía la estatua una pata de palo y un ojo cerrado? El padre se encogió de hombros. Le dijo a su hijo “es la primera vez que lo veo, no se nada de él”. El niño cabizbajo tuvo que aceptar la situación, pero yo me acerque al niño y le expliqué todo lo que se del medio hombre, manco, tuerto y cojo.
Al final de la explicación la cara de alegría de ese chaval era de felicidad. Me prometió contarle a todos sus amigos esta bonita historia de este gran Héroe.
El resumen de este post, es que durante las dos horas que estuve en la Plaza de Colón de Madrid que es donde está la estatua de Don Blas de Lezo y Olavarrieta, fui consciente de su total desconocimiento.
Autor: Hugo Martínez