Travesía del Atlántico. Mejor en Catamarán

 

Carlos, experto navegante en catamarán, nos remite esta colaboración:

sunreef 70 sail 1

Cada día son más los aficionados, familias y profesionales que emprenden la antigua ruta de los Alisios de Europa a America. Tras más de 500 años surcándola, en determinadas fechas se ha convertido en una autentica autopista hacia el Caribe (sin peajes por el momento).

Cientos de veleros parten anualmente de las Islas Canarias emulando a las antiguas carabelas, eso si, conociendo perfectamente cual es su destino, su ruta y su posición exacta en cada momento.

Cualquiera puede cruzar gracias a las dos grandes aportaciones que ha hecho la tecnología a la navegación: el « piloto automático » y el « gps », este ultimo adornado con un fantástico plotter y una precisa cartografía que convierte la navegación en un juego de niños.

Así que, con la facilidad que nos proporciona la actual electrónica, lo siguiente que nos queda es la elección de la embarcación, su preparación y la tripulación.

Podemos cruzar con cualquier embarcación medianamente preparada, pero si podemos elegir, la elección de un catamaran de crucero nos proporcionará más comodidad, seguridad, velocidad y espacio que cualquier otra embarcación.

Pese a considerar la ruta una autopista no debemos olvidar que vamos a navegar en el Atlántico, un océano, con grandes olas que, con suerte, serán portantes y vientos entre 15 y 30 nudos. Sin olvidarnos de chubascos cargados de fuertes rachas de viento, alguna borrasca despistada y violenta o una tediosa encalmada de 0 nudos de viento que, como naveguemos en cada una de las distintas condiciones, convertirán la travesía en un placer o en un autentico infierno.

La preparación de la embarcación y la revisión de su equipamiento es tan importante como la propia embarcación. Casco, apéndices, pasa cascos y ejes; mástil, jarcia, velas, cabulleria, poleas y winches; electrónica, comunicaciones, cartografía, guías, portulanos y banderas, seguros, permisos y visados; portillos y escotillas; material de seguridad, bombas, depósitos y desalinizadora; motores, tanques, generador, recambios y herramientas; gasoil, agua, avituallamiento. Un sin fin de pequeñas cosas a tener en cuenta.

Si vamos en regata podremos prescindir de algunas y, si queremos ganar, debemos prescindir de sobrepesos innecesarios, pero asegurandonos bien del buen estado de la jarcia, cabulleria y velas. Una buena mayor con sables forzados, un buen juego de velas de proa, trinqueta, genova, codigo 0, gennaker y spinaker (posiblemente rompamos mas de uno) son necesarios. Recomiendo cabulleria en dynema si no queremos ver como rompemos continuamente drizas, escotas y brazas.

Hoy nos centraremos mas en la travesía de crucero, el placer de navegar sin estrés y comer buena comida sin necesidad de liofilizados.

Podemos ir rápido sin necesidad de forzar el material, evitando averiás y roturas. En ceñida, una velocidad confortable está por debajo de los 9 nudos y en popas, dependiendo claro esta del catamaran, hasta 15 nudos los ruidos y el movimiento no son excesivos para una placentera navegación.

El piloto automático nos sorprenderá gratamente en el catamaran, ya que al navegar plano (ver posts sobre estabilidad en navegación), la efectividad de las palas de los timones es del 100%, evitando que el barco se vaya continuamente de arribada o de orzada.

Para una navegación conservadora, por las noches reduciremos el trapo (maniobra muy sencilla y segura en los catas), evitando posibles sorpresas de chubascos inesperados. Conservador pero con velocidad, no conviene pasarnos de poco trapo y dejar el barco tan parado que las olas nos zarandeen como una coctelera.

Calidad de vida no esta reñida con la navegación, mejor bien equipado. Duchas de agua caliente, comida fresca, un buen gin tonic cargado de cubitos de hielo (solo uno, si queremos evitar accidentes innecesarios). Por que no? Generador, desalinizadora, neveras, congeladores, microondas, lavavajillas. Con tres horas de generador, aproximadamente, al día, podemos cargar baterías, mientras desalinizamos agua, hacemos la colada o lavamos platos. Un lavavajillas, actualmente, consume menos agua que una persona normal fregando platos.

La sustitución de halógenos por leds reduce considerablemente los consumos de batería, de bombillas y evita las quemaduras por contacto.

Ojo! Aunque llevemos desalinizadora o los depósitos a rebosar de agua dulce, recomiendo llevar un mínimo de 1,5 litros de agua embotellada por persona y días máximos previstos de navegación, independientemente de que llevemos otras bebidas a bordo. Con esta formula nos aseguramos que, ante cualquier imprevisto, el agua no falte.

Mejor solo que mal acompañado! Por desgracia, una travesía de este tipo no nos permite desembarcar a nadie por el camino, así que conviene conocer de antemano al resto de la tripulación, y, aún así, en el mar las personas cambian y no dejan de sorprenderte tanto en positivo como en negativo. Si es en negativo, los grandes espacios y el alto índice de privacidad que confieren los catamaranes harán posible minimizar los roces y discrepancias a bordo, evitando mayores males.

Por lo general, las personas a bordo tardan un máximo de tres días en aclimatarse al movimiento, horarios, guardias, … A partir de ese momento encontraran en la navegación en cata un fantástico modo de vida y, en la inmensidad del Océano, una autentica fusión con la naturaleza donde los conceptos tiempo y espacio adquieren otro significado.