Huripari

Un experimento creativo para trones by Martínez de Tabarca

Islas Columbretes

Las Islas Columbretes reciben a Hugo el grumete.

Por fin, llegaron las esperadas vacaciones estivales.

Nuestro marinero, había oído unos rumores de que en el fondo del mar, muy cerca de Canet se encontraban ánforas y tesoros de ese calibre. El solo las había visto en los museos y exposiciones, pero quería encontrarlas. Su ilusión era sacarlas a la superficie. Sabía que era una tarea ardua y dura, pero con tesón y paciencia lo podría conseguir.

Por su puesto que su amigo Andrés estaba detrás de todo esto, él había sido campeón de buceo en los años setenta, además fue instructor en el Club Náutico en los ochenta, cuando se empezaba a poner de moda.

 

Islas Columbretes

 

Andrés le avisó de que iban a empezar en el Club Náutico unos cursos de buceo y sin pensárselo dos veces, nuestro marinero se apuntó y empezó con las clases teóricas, seguida de unas inmersiones a poca profundidad.

Después de un mes de innumerables inmersiones, y de un examen muy duro en lo que se refiere a la teoría, Hugo se había ganado su diploma como “buzo”.

Prepararon las botellas, el traje de neopreno, las gafas de buceo y todo el material que debían llevar.

A la salida del sol, Andrés y su discípulo se disponían a salir hacia las coordenadas donde pensaban que podían estar aquellos tesoros.

Después de buscar y buscar, se acabó el día, y sin resultado alguno. Hugo estaba cabizbajo, no había conseguido su objetivo.

 

Camino del puerto, Andrés le iba explicando que no todo se encuentra el primer día, que hay que ser constante y a veces ni con esas, además le explicaba que tenía que hacer una lectura positiva que era, que en un mes, se había acreditado como buzo, y ya había salido a buscar esos tesoros, solo quedaba, encontrarlos.

El viejo instructor de buceo, no podía aguantar ver a su discípulo desanimado. Pero eso sabía solucionarlo él.

 

Al día siguiente, Andrés, cogió al niño y puso rumbo a las Islas  Columbretes, a treinta y cinco millas de Puerto Siles, allí sería donde bucearan en busca de tesoros.

 

Pero no los que Hugo tenía en su mente, sino otros, solo allí se ven algunas especies marinas, además de los corales y toda la fauna marina que allí nos podemos encontrar, ya que las Islas Columbretes son un Parque Natural.

Al finalizar el día, Hugo había visto los tesoros que esconden las Islas Columbretes, en su magnífico parque, entonces supo distinguir los sueños y tesoros que merecen la pena seguir.

 

Autor: Hugo Martínez Alonso