Un experimento creativo para trones by Martínez de Tabarca
El Castillo de Castro
Después de una mañana de pesca, Andrés le invitó por la tarde para realizar una excursión por el Castillo de Castro. Como Hugo no había oído nada sobre este castillo, Andrés saco un libro y leyó:
Viajamos por la A-7 dirección Castellón, ya en su provincia, a la altura de Vall de Uxo, nos encontramos un pueblo encantador , llamado Alfondeguilla. , con Los mayores del lugar que son la leyenda viva de su pueblo, porque las historias que nos cuentan vienen de generaciones anteriores. Nos relatan datos sobre el Castillo de Castro y de otras muchas cosas que ahora os relatamos.
Este pueblo en sus orígenes era una alquería dependiente de la islámica ‘Xon’, la actual Vall de Uxo. Esta zona fue conquistada por Jaime I durante la Cuaresma del año 1238. Está a 211 metros sobre el nivel del mar y tiene una población de unos 900 habitantes, su patrón es San Bartolomé y a sus habitantes se les conoce con el gentilicio de “fondeguillers”.
La población tiene origen arábigo , además tras la conquista perteneció a los condes de Ripalda y al ducado de Medinaceli, entre otros.
Como en esta población lo que más abundaban eran los moriscos su demografía se vio seriamente mermada por la expulsión, reduciendo a la mitad su población entre 1602 y 1646.
En el siglo XIX se intentó explotar los yacimientos de mercurio y cobalto existentes en la zona. En este siglo el crecimiento demográfico fue muy importante, mientras que en 1794 el censo del pueblo rondaba los 180 habitantes, en 1900 llego a la friolera cifra de 950.
El Ayuntamiento se encuentra en la Plaza del Caudillo y la Iglesia de San Bartolome, en la Calle Mayor. La Iglesia es del siglo XVIII, es sencilla y estructurada en una nave pequeña, con capillas a los lados.
Al adentrarnos en la Sierra del Espadan, en sus bellos parajes y disfrutando tanto de su fauna como de su flora, a 787 metros nos encontramos el Castillo de Castro, en un sitio muy apropiado tanto para la vigilancia como para la defensa, ya que está rodeado de peligrosos cortados.
Parece ser que en el emplazamiento del Castillo de Castro ya había una torre de vigilancia romana o púnica, dependiente del Castillo de Sagunto, pero la fortificación que ha llegado hasta nuestros días es de origen islámico, y durante mucho tiempo tuvo fama de inexpugnable.
Como todas las fortalezas de la sierra castellonense, el castillo de Castro fue refugio de los moriscos sublevados tras el decreto de expulsión, y sólo pudo ser tomado por el duque de Segorbe y el general Cavanilles tras la caída del Castillo de Aín.
El castillo de Castro también jugó un importante papel durante las Guerras Carlistas. Por su estratégica situación y por ser una excelente atalaya con gran visibilidad, fue utilizado como puesto de observación durante la Guerra Civil de 1936-1939. La torre del homenaje fue derribada en 1938 durante la Guerra Civil.
Actualmente los 2000 metros cuadrados de castillo no están muy bien conservados, ya que este castillo ha sido sometido a muchos actos bélicos, los cuales han dejado un legado muy importante para nuestra Historia.
En esta zona de la Sierra del Espadan nos encontramos muchas rutas con diferentes grados de duración y de dificultad.
Antiguamente había artesanos que se dedicaban a la fabricación de “trenza de esparto” (Aixereta ), y las mujeres se dedicaban a la elaboración de “Alpargatas de esparto “ (Espardenyes d´Espart), en la actualidad estos oficios ya no existen.
Actualmente este pueblo vive de la agricultura, casas rurales, restaurantes, bares, en una palabra, del sector servicios.
Tras la breve lectura, Hugo accedió a ir a esa excursión, le gustaban los Castillos y la Historia.
Cuando llego al Castillo de Castro se llevó un chasco, estaba derrunbado, pero bajo esas piedras había mucha HISTORIA y esto le encantaba, se imaginaba a los buenos, defendiendo su castillo y a otros intentando quitárselo. Además de los peligros que rodean el castillo.
Andrés, no paraba de contarle todas las batallas que allí tuvieron lugar y Hugo escuchaba pacientemente, imaginándose que en esas batallas participaba él, con su armadura, su caballo, su espada, etc. Imaginaba que él era el rey del castillo y tenía que defenderse de los opresores que no tenían muy buenas intenciones.
En esta excursión, Hugo aprendió a valorar la Historia, a conocer sitios, de los que nunca había oído hablar, incluso le empezó a gustar eso de investigar sobre Castillos.
Ya de vuelta a casa, Hugo le dijo a Andrés que la próxima excursión la harían al Castillo de Sagunto, al que había ido, pero no sabía mucho de él.
Andrés todo orgulloso de que la clase de historia había servido para algo importante, tan importante como adentrar a un niño a investigar en su Historia.
Una historia que otros no quieren enseñar… pero eso es otra HISTORIA.
Autor: Hugo Martínez Alonso