Un experimento creativo para trones by Martínez de Tabarca
En posts anteriores, Real transformation vs corporate theatre y Liderazgo y claves para la transformación real de las organizaciones, hemos hablado de la transformación adaptativa de las organizaciones a la que el entorno cambiante les obliga. Parece lógico, entonces, detenerse un momento en analizar hacia a dónde vamos, es decir, cual es la dirección de este cambio.
El consumidor (o ciudadano) 2.0, que ya estaba constantemente conectado y muy bien informado en tiempo real, evoluciona, sin perder estas características, hacia la responsabilidad social, la sensibilidad con el entorno, que llega al compromiso activo con el medio ambiente, y a la empatía con los seres humanos menos favorecidos. La incorporación a la sociedad de consumo de los millennials y la generación Z arrolla en este sentido y obliga a los consumidores de más edad a aceptar su ritmo.
No obstante, y aunque pueda parecer contradictorio, este consumidor seguirá preocupado por si mismo, por sus acciones, por su enriquecimiento personal, el cuidado de su imagen y el desarrollo de hábitos saludables, en un sentido egocéntrico que le hará sentirse bien.
Por último, los consumidores se agruparán en entornos colaborativos que les permitirán aprovechar al máximo las oportunidades, una tendencia que deberá ser igualmente asumida por las organizaciones. Según John Cohn, esta colaboración llevará a la gente a compartir «ideas, códigos y diseños para construir sobre ideas de otros. Nadie se guardará sus ideas»
Los trabajadores de estas organizaciones exigirán poder trabajar desde cualquier punto del planeta autogestionando su tiempo y esfuerzo y teniendo cada vez más claro que lo que importa es la calidad y no la cantidad.
Todo ello deberá ser aceptado por las organizaciones que, necesariamente, tendrán que incluir, desde ahora mismo, un alto porcentaje de millennials en su plantilla que le posibiliten esta adaptación. Trabajadores y consumidores les exigirán, igualmente, ética y transparencia de tal forma que penalizarán a todas aquellas que permitan comportamientos incorrectos o no faciliten la información requerida puntual y exactamente.
La cultura colaborativa, que ya hemos citado, y la responsabilidad social serán de necesaria aceptación para aquellas organizaciones que deseen sobrevivir y la continua innovación deberá ser su estrategia básica. Para ello, será fundamental el papel del talento y la creatividad de su capital humano, por lo que se deberán eliminar los impedimentos que existan a su desarrollo aceptando lo disrruptivo, convenciendo y utilizando estilos de liderazgo adecuados.
El conocimiento será el elemento fundamental de diferenciación de las organizaciones, por lo que la formación continua será requisito indispensable en la actividad de las mismas.
Igualmente, lo digital será de atención prioritaria para las organizaciones que van a necesitar relacionarse con consumidores y trabajadores y crear vínculos especiales con ellos, estén donde estén y en cualquier momento del día.
Así, la publicidad de las organizaciones será sustituida por la interacción con los consumidores o ciudadanos, pero no de una forma grupal o masiva, sino individual en una suerte de interacción one-to-one a gran escala.
Y, por último, no perdamos de vista los avances que se esperan en las áreas de energías, nuevos materiales, medicina y genética alimentaria. En fin, un futuro próximo que ya está aquí y al que debemos adaptarnos desde ayer….